jueves, 27 de marzo de 2014

La Magnetosfera

Es la capa más grande y exterior de la atmósfera terrestre, y se extiende entre los 500 y los 60.000 kilómetros.
Nuestro planeta gira sobre su eje, y el núcleo de fierro fundido produce un movimiento de partículas cargadas que lo convierte en un gran imán con su campo y polos magnéticos. Esto se descubrió hace  medio siglo y gracias al satélite Explorer I, y en nuestro sistema solar hay cuatro planetas más, que poseen este campo magnético: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Una de las funciones, es proteger a la atmósfera más próxima a la Tierra de la radiación iónica, (la misma que irradia el uranio), capaz de destruir toda la vida de la superficie terrestre y que viene del Sol.
Además, si no existiera, las partículas solares habrían  disociado los átomos de hidrógeno y oxígeno, y nuestro planeta habría perdido la mayor parte del agua de su atmósfera y de los océanos. Se cree que esto pudo ocurrir en Marte.
Por otro lado, si éstas partículas provenientes del Sol logran perturbar lo suficiente nuestra magnetosfera, se pueden producir interrupciones o mal funcionamiento  tanto de equipos de radio, radar, satélites que intervienen en los GPS, como así mismo se provocaría desorientación en los animales. También afectaría a la temperatura, y a los movimientos de la parte externa de la atmósfera.
 
Hace un mes, Stanislav  Barabash , del Instituto Sueco de Física Espacial, informó que esta magnetosfera  podría estar contribuyendo al escape de oxígeno de la atmósfera por los polos, basándose en mediciones de escape de iones en Venus, Marte y la Tierra, siendo la pérdida en nuestro planeta 3 veces más rápida que en los demás. El calcula en 60.000 Tons. la pérdida anual, y subraya que no hay peligro pues la Tierra posee miles de trillones de Tons.
Los científicos saben que las inversiones  magnéticas polares han sucedido durante al menos los últimos 3.000 millones  de años. En los últimos 15 millones de años, ha habido un cambio cada 250.000 años, pero no son ciclos exactos, la última fue hace 790.000 años, y se sabe que la intensidad del campo magnético se ha reducido en los últimos 2 milenios, pero por esto mismo, por ser imposible de predecir cuándo ocurrirá, y porque ya ha ocurrido muchas veces , es que aquellos grupos esotéricos y apocalípticos que señalan el final del calendario maya como fecha para la inversión de los polos magnéticos y que además, será catastrófico, no pueden ser creíbles.
 

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