Las estrellas emiten energía de diferentes maneras:
1. En forma de fotones de radiación electromagnética carentes de
masa, desde los rayos gamma más energéticos a las ondas radioeléctricas
menos energéticas (incluso la materia fría radia fotones; cuanto más
fría es la materia, tanto más débiles son los fotones). La luz visible
es parte de esta clase de radiación.
2. En forma de otras partículas sin masa, como son los neutrinos y los gravitones.
3. En forma de partículas cargadas de alta energía, principalmente
protones, pero también cantidades menores de diversos núcleos atómicos y
otras clases de partículas. Son los rayos cósmicos.
Todas estas partículas emitidas (fotones, neutrinos, gravitones,
protones, etc.) son estables mientras se hallen aisladas en el espacio.
Pueden viajar miles de millones de años sin sufrir ningún cambio, al
menos por lo que sabemos.
Así pues, todas estas partículas radiadas sobreviven hasta el momento
(por muy lejano que sea) en que chocan contra alguna forma de materia
que las absorbe. En el caso de los fotones sirve casi cualquier clase de
materia. Los protones energéticos son ya más difíciles de parar y
absorber, y mucho más difíciles aún los neutrinos. En cuanto a los
gravitones, poco es lo que se sabe hasta ahora.
Supongamos ahora que el universo sólo consistiese en estrellas
colocadas en una configuración invariable. Cualquier partícula emitida
por una estrella viajaría por el espacio hasta chocar contra algo (otra
estrella) y ser absorbida. Las partículas viajarían de una estrella a
otra y, a fin de cuentas, cada una de ellas recuperaría toda la energía
que había radiado. Parece entonces que el universo debería continuar
inmutable para siempre.
El hecho de que no sea así es consecuencia de tres cosas:
1. El universo no consta sólo de estrellas sino que contiene una
cantidad importante de materia fría, desde grandes planetas hasta polvo
interestelar. Cuando esta materia fría frena a una partícula, la absorbe
y emite a cambio partículas menos energéticas. Lo cual significa que en
definitiva la temperatura de la materia fría aumenta con el tiempo,
mientras que el contenido energético de las estrellas disminuye.
2. Algunas de las partículas (neutrinos y gravitones, por ejemplo)
emitidas por las estrellas y también por otras formas de materia tienen
una tendencia tan pequeña a ser absorbidas por éstas que desde que
existe el universo sólo han sido absorbidas un porcentaje diminuto de
ellas. Lo cual equivale a decir que la fracción de la energía total de
las estrellas que pulula por el espacio es cada vez mayor y que el
contenido energético de las estrellas disminuye.
3. El universo está en expansión. Cada año es mayor el espacio entre
las galaxias, de modo que incluso partículas absorbibles, como los
protones y los fotones, pueden viajar por término medio distancias
mayores antes de chocar contra la materia y ser absorbidas. Esta es otra
razón de que cada año sea menor la energía absorbida por las estrellas
en comparación con la emitida, porque hace falta una cantidad extra de
energía para llenar ese espacio adicional, producido por la expansión,
con partículas energéticas y hasta entonces no absorbidas.
Esta última razón es suficiente por sí misma. Mientras el universo
siga en expansión, continuará enfriándose. Naturalmente, cuando el
universo comience a contraerse de nuevo (suponiendo que lo haga) la
situación será la inversa y empezará a calentarse otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario