Elegir el momento y el lugar de observación
Es importantísimo saber elegir bien tanto el momento como el lugar de observación. Es imprescindible que la noche elegida sea una noche clara, pues de lo contrario y como resulta obvio, las nubes ocultarían el cielo. También es de suma importancia buscar un lugar que sea tranquilo, donde nadie nos moleste, y desde luego lo más alejado posible de la contaminación lumínica que producen las luces de las ciudades.Orientarnos en el cielo.
La primera labor a realizar cuando comencemos la observación del cielo es orientarnos. Podemos hacerlo de dos formas diferentes. La primera buscar el Norte ayudados de una brújula, todo ello muy sencillo si disponemos de una brújula. Pero, ya que vamos a observar estrellas, localizaremos la Estrella Polar, que se encuentra en un extremo de la constelación de la Osa Menor.Localizarla es muy sencillo. Primero buscamos la Osa Mayor, también llamada Carro, que tiene forma de sartén o cacerola, y al igual que si vertieramos su contenido, ésta nos indicará donde se encuentra la Estrella Polar .En el mes donde mejor se ve el cielo es en Febrero.
Por tanto, con la Estrella Polar que nos marca el Norte, y por tanto el lado opuesto será el Sur. Localilzaremos el Cenit que se trata del punto del firmamento que en ese momento se encuentra sobre nuestra cabeza, el Este se encontrará a la derecha, y el Oeste a la izquierda.
El siguiente paso consiste en ir localizando poco a poco las distintas constelaciones.
También deberemos saber localizar los distintos planetas. Este reconocimiento de las constelaciones conviene hacerlo primero a simple vista, y posteriormente con unos prismáticos.
Las constelaciones
Las constelaciones actuales se basan en el Almagesto de Ptolomeo, 137 d. de C., obra basada en el catálogo de Hipparco, del siglo primero a. de C. En esa obra se catalogan 48 constelaciones, o grupos de estrellas más conocidos, que no tienen en común más que su posición en el cielo. Posteriormente, en los siglos XVII y XVIII se aumentó el número de constelaciones con las existentes en el cielo austral, desconocido para los antiguos Griegos.La mayor parte de las constelaciones, al menos las que tienen un origen griego, poseen una mitología asociada. Así por ejemplo, la constelación de Orión y la Liebre.
Orión era el mítico cazador que acompañaba a Diana, diosa de la caza, en sus cacerías en la isla de Creta. Su fama y valentía acentuaron su soberbia, hasta el punto de que afirmó que ningún animal podía resistírsele, lo cual suscitó la ira de Juno, mujer de Júpiter, que lo castigó haciéndolo morir por culpa de un minúsculo animal: el escorpión.
Sin embargo, Diana, como señal de reconocimiento por las cacerías que habían realizado juntos, lo enterró en el cielo en compañia de una de sus presas, la Liebre, así como de sus fieles seguidores, el Perro Mayor y el Perro Menor.
Los países del continente americano tenían otras leyendas sobre esta constelación; según los Mayas, las estrellas de Orión y de Géminis formaban el Citaltlachtli, es decir, el campo de juego de pelota, mientras que los Incas vieron unos bastones que debían frotarse para hacer fuego.
La Luna
La Luna, el único satélite que posee la Tierra, completa una órbita cada 27 días, siete horas y cuarenta y tres minutos. No brilla con luz propia, sino que refleja la del Sol, y por tanto presenta fases. Esto se demuestra con claridad en la débil fase creciente, poco después de la luna nueva, cuando su cara oscura se ilumina lo suficiente con la luz reflejada por la Tierra como para ser discernible. Su órbita no coincide exactamente con la del Sol, sino que ambas están inclinadas entre sí formando un ángulo de unos 5º. Este es el motivo por el que no se producen los eclipses cada vez que la luna pasa delante de la órbita del Sol.Para poder observar los detalles del paisaje lunar, será necesario poseer unos buenos prismáticos o un pequeño telescopio. Podremos discernir con gran claridad los detalles de la superficie lunar porque ésta carece de atmósfera que dificulte la observación.
Un consejo práctico para saber si la Luna se encuentra en creciente o en menguante, es recordar que el dicho popular que "la Luna siempre miente", esto es: si presenta forma de de una D mayúscula, la Luna Crece. Si por el contrario presenta forma de C mayúscula, la Luna Decrece.
Los Planetas
Mercurio y Venus
Ambos planetas poseen una órbita interior a la terrestre. Por este motivo sólo son visibles en el crepúsculo y al amanecer, motivo por el que se les suele llamar luceros del alba. Mercurio no posee atmósfera ,Venus si. Nunca deben ser observados de manera directa cuando se encuentren cerca del Sol puesto que podríanCuando la órbita de estos planetas pasa por delante de la órbita solar se produce la transición. Es mucho más frecuente la transición de Mercurio que la de Venus. Pueden ser observados con la ayuda de un telescópio, pero mucha atención: Nunca mires con un telescopio directamente hacia el Sol, te quemarías la retina de manera irreversible. Para poder observarlo se utiliza una pantalla blanca que se coloca detrás del ocular de nuestro telescopio y se observará la transición de estos planetas como un punto negro sobre la superficie solar.
Marte
Se trata del primer planeta con órbita exterior a la terrestre, por tanto se puede observar durante toda la noche, siempre y cuando esté situado por encima del horizonte. Para poder observar su superficie con cierto detalle es necesario un telescopio con un diámetro de al menos 15 cm de apertura. La principal característica de Marte es su color rojo.Júpiter y Saturno
La primera vez que Galileo observó Júpiter con su telescopio ya fue capaz de ver algunos de sus satélites girando a su alrededor. Este hecho fue determinante para descartar la visión geocentrista que tantos siglos se había mantenido en vigor, y abrió de par en par las puertas a la visión heliocentrista de nuestro Sistema Solar. Sin duda alguna resulta emocionante poder observar por primera vez cómo unos pequeños puntos luminosos giran en torno a otro planeta que no sea nuestra Luna. Los cuatro mayores satélites que posee Júpiter son: Io, Europa, Ganímedes y Calisto.
Júpiter presenta unas bandas coloreadas que cruzan su disco paralelo al Ecuador, se trata decorrientes que se producen en su fría atmósfera. Otro importante fenómeno de Júpiter que merece la pena observar es su Gran Mancha Roja, que tiene al menos una edad de trescientos años. Esta mancha es muy variable y hay momentos en los cuales incluso parece que va a desaparecer.
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